![musica](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7dRmXh-1Zuv18Jz9dbcIcCVm10N9CQq6YxzsRjWMI11y8J7JH1uXkDFxASmRJ7oyTSGgxBq3dfoAcb1f6i_9s_CCwTmBW0OtibOvdE-7Pw4TzIFJ6GLHPSV_uLVNbp-rpiDSkrW2lERw/s1600/fly-lights-night-Favim.com-166533.jpg)
La música es una substancia colateral, es un universo encerrado en un reproductor, es simplemente nuestro/a consejero/a que estará ahí con nosotros perpetuamente presente; estando en nuestros momentos de altas y bajas, momentos donde requerimos una dosis severa para alivianar malestares que hospedan en sí mismos. Una de mis mejores estancias, o de mis mejores costumbres se centra en admirar ese cielo incandescente.
A medida que transcurre el medio día llego a estar repleto de una irreverente amargura, pero por suerte todo termina cuando mis manos toman minuciosamente mis audífonos, en una señal simple de querer adquirir tranquilidad. Trivialmente nunca he desistido de subir el volumen al máximo, dado que me deleita olvidarme del sonido ambiente de esta ciudad, que por cierto cuenta con una excesiva contaminación auditiva. Poco a poco me adentro a la canción, las melodías se hacen agudas, palpitantes, estas se fusionan con mi ritmo cardíaco e imponen intervención en mi sistema nervioso, no puedo negar mi euforia tanto que mis labios por debajo de la misma partitura escoltan la canción. Luego de esto intento aumentar la satisfacción acompañando la tonada con una llana y lacónica bebida enlatada.
Para mí la música es gran parte de mi vida, para un escritor en proceso como yo, la electrónica en si es mi mayor derivante de agrado. Lo que vine a exponer hoy se centra en algo tan simple como estar acostado en el cemento rustico de una terraza, en la misma altura de un edificio, acompañados de una canción y si gustan con alguien más. Las mejores cosas de la vida las tiene el mundo a tu disposición y los instantes simples atraen mucho más que los complicados.
0 comentarios:
Publicar un comentario