Hoy 10 de junio me recuerda a muchísimos momentos que solía vivir en este hermoso día. En Los días que han transcurrido desde la partida de un ser querido he estado cuestionándome, preguntándome que es lo que hace falta en mi, a veces carezco de la necesidad de tener algo que me premie, que me elogie acerca de mis dotes, de lo que yo soy en realidad; básicamente que crea en mi, que ame mi profundidad y se sienta orgullosa de mi. “—Diego quisiera que me escribieras cada mañana, quisiera sentir el amor puro solidificado en tu escritura y quisiera más que todo llorar en cada historia que compusieras para mí.” (Amaría porque me dijesen esta frase, dado que el amor es la fuente de energía más grande que puedo tener). Quiero más que nada en este mundo proyectar el amor, proyectar los cambios en las personas, por muy pequeños que sean sentirme orgulloso que yo mismo los genere, se que el tiempo no espera las decisiones de un hombre: joven, minúsculo, con pensamientos alternos, profusos, derivando melancolías y cambiándolas por imágenes antagónicas; ese soy yo un vago y torpe escritor, dejando de forma inconsciente que mis palabras sean libres, como un globo de helio, que se soltó de las manos de un pequeño niño. Lastimosamente mis palabras son arrastradas, a veces con ideas bizarras y totalmente alejadas de las ideas que sueño concretar, estoy en la búsqueda de mi verdad, soy un filosofo en un mundo sin respuestas, soy la pregunta a millones de porque, y soy más que nada, un escritor que no teme morir por alguien más.
martes, 10 de junio de 2014
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Escribiendo Con El Alma, Con El Corazón Y Con La Razón; Nunca Olvidar Quien Eres…
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